La Perseverancia de los Santos
El Señor mismo, cuando estuvo en la tierra, advirtió a sus seguidores acerca de aquellos judíos que creían en él: «Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres» (Jn. 8:31, 32). Estableció un criterio mediante el cual se debían distinguir los verdaderos discípulos, y este criterio consiste en mantenerse fieles a las enseñanzas de Jesús. Es precisamente lo que encontramos en otro pasaje donde Jesús dice: «pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo» (Mt. 10:22). Es el criterio aplicado asimismo en la epístola a los Hebreos, donde el escritor dice: «Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos» (Heb. 4: 14). Es la misma lección que constituye el propósito de la enseñanza de Jesús en Juan 15 en relación con la parábola de la vid y sus frutos. «El que no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y se queman» (Jn. 15:6). La prueba crucial de la verdadera fe es la perseverancia hasta el fin, permanecer en Cristo y continuar en su palabra.